sábado, 23 de junio de 2012

Noche de San Juan


Ha llegado el solsticio de verano. El sol ha alcanzado su mayor altura; la noche, su tiempo más corto. Es tradición en España y en otros países del hemisferio Norte celebrarlo; son tradiciones que provienen de largo y las fiestas que fluyen a su alrededor suelen simbolizar el poder del sol y la renovación de su energía. Las antorchas, las hogueras, saltar alrededor del fuego tenían y tienen el propósito de purificación e incluso, y yendo más allá, la de resguardarnos de la influencia del demonio, además de proteger al mismísimo sol. También es el momento de quemar en las hogueras lo dañino, lo negativo y pedir deseos a hadas y duendes, suponiendo estos días el momento más favorable para la adivinación y recogida de hierbas ya que, según se cuenta, en estas circunstancias resultan más poderosas. Por otro lado, las numerosas leyendas fantásticas que corren sobre estas fechas coinciden al argumentar que es un momento en el que se abren de par en par las invisibles puertas del “otro lado del espejo”, conduciéndonos a innumerables rituales, ensalmos y aventuras inéditas, además de permitir introducirnos al conocimiento del futuro y las dimensiones mágicas de la realidad.

Aparquemos, dejemos a un lado nuestras frustraciones, nuestros problemas, nuestra crisis; “quememos” en esa hoguera mágica todo lo malo y miremos hacia delante con un propósito firme, con resolución. Con la certeza de que, pasando por esta vida una sola vez, debemos hacer todo lo posible por ser felices y hacer felices a los que nos rodean. Encararnos con los malos tiempos y mirar al futuro con ilusión y renovación; buscar alternativas intentando que sea el principio de un nuevo mundo, no sé si mejor o peor, pero desde luego diferente al que hemos vivido hasta ahora.

Feliz verano a todos

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