jueves, 5 de septiembre de 2013

Toma pan y moja después de las vacaciones



Una gran mayoría hemos vuelto de vacaciones. Estamos de nuevo aquí; presentes de cuerpo, ausentes de espíritu que tiene la costumbre de campar a sus anchas por los recovecos  de los buenos recuerdos. Otros, sin embargo, más precavidos tal vez, o sencillamente más pacientes, comienzan ahora o dentro de unos días su descanso. Y es inevitable que nos recorra una cierta envidia (o gran envidia o por qué no, una enorme envidia), pero sana, siempre sana; que cualquiera, con los tiempos que corren es capaz de reconocer que su envidia es de cualquier tipo menos sana.


Estamos de nuevo aquí, al pie del cañón, como diría aquél, aquél que no está precisamente a la salida del proyectil, claro; preferimos situarnos un poco más escorados, no sea que con las prisas y lo torpones que volvemos de vacaciones nos vaya a dar de lleno, y no veas eso cómo duele. Estamos de nuevo aquí, con un refrito de sensaciones y un palmo de culpabilidad en nuestras espaldas. Pensamos o intuimos que nos hemos gastado más de lo que hubiese sido deseable, que hemos pasado demasiado tiempo con nuestra pareja o familia (no olvidemos que el 33% de los divorcios se produce a la vuelta de las vacaciones) y encima y para no librarnos de la poca fuerza de voluntad que nos achacamos, hemos engordado no sé cuantos kilos. Hemos venido completitos, vaya.



En fin, que estamos aquí pero nos gustaría estar allí. Pero pensemos en positivo; “la vuelta al cole” por sí misma no es mala. Retomamos lo que habíamos dejado a medias; regresamos a una cierta rutina placentera que nos autoriza a ilusionarnos con proyectos nuevos que queremos abarcar, y además nos permite “desgastarnos” de nuevo para en un plazo no muy lejano huir de nuevo a ese lugar idílico que tenemos en mente. Pero mientras tanto debemos afrontar cual aguerridos guerreros el día a día; la pasmosa realidad. ¿Por qué hacerlo entonces más difícil? ¿Acaso somos masoquistas de la infelicidad? Reflexionemos por unos segundos ¿Han tenido todas las personas las mismas oportunidad que nosotros? ¿Han podido, aunque sea por unos “míseros” días contemplar otras realidades, otros entornos, otros paisajes…otros mundos? Creo que no. Respiremos hondo y sintámonos satisfechos.



Toma pan y moja; regresa con nosotros a las buenas costumbres. Saborea de nuevo ese oro líquido que te sigue esperando aquí; nuestro aceite de oliva; vuelve a sentirlo y disfrutarlo. Y por si fuera poco estamos preparando para ti, antes de las navidades, nuevas degustaciones de productos y otras actividades. Queremos que te sientas bien, disfrutes y lo puedas compartir con nosotros. Acércate y comprobarás la delicia del queso de oveja en AOVE o las alcachofas y espárragos confitados en aceite de oliva o sencillamente ven, aproxímate y cuéntanos cómo han sido tus vacaciones.



Feliz regreso