“El día
menos pensado cojo la puerta y no me veis más el pelo”
y por detrás
se oye a tu hermano en un susurro diciendo: joé a ver si es verdad y nos deja
un par de días tranquilos.
“Si lo busco
yo y lo encuentro ¿qué te hago?”
Y lo malo es
que lo encuentra. Las madres tienen una especie de radar oculto, algo así como
un GPS interno que ya quisieran los del FBI.
¿Tú te has pensado que esto es un hostal?”
¡Ah!, es que
no lo es?
“Ten cuidado”.
Esta frase
me encanta. Es tan genérica que para ellas debemos tener cuidado hasta cuando
nos ponemos los zapatos.
“Esta es mi
casa y aquí se hace lo que yo digo”
uff y aunque
no sea su casa. La sargento de hierro ha hablado.
“¿Qué parte no entiendes cuando digo no?, si
es no, es no”
Lo bueno es
que con unos cuantos cariñitos acaba siendo sí.
Y esa forma de ponerle tanto género masculino como
femenino (aunque no lo tenga) a algunas palabras para darle más énfasis:
“Ni chaqueta
ni chaqueto que valga, tú no sales así vestida”
Sabias y
elaboradas frases que generación tras generación se repiten y ponen los pelos
como escarpias, sobre todo, porque al final, casi siempre, tienen razón en
todo.
Sin embargo están
ahí, permanentemente, perennes, al pie del cañón. Y empezamos a valorarlo con
el tiempo. Como están a nuestro lado no apreciamos lo suficiente el esfuerzo y
la dedicación, que es mucho.
La mayoría
de las veces somos egoístas e ingratos y nos damos cuenta de lo que tenemos (o
hemos tenido) cuando ya no disfrutamos de su presencia cerca.
Desde la
Chinata Retiro este es un pequeño homenaje a las madres, a su abnegación
(aunque a veces se pasen) y a la dedicación que desde que nacemos nos
dispensan.
Gracias a
todas ellas y feliz día de la Madre.