sábado, 28 de marzo de 2015

Semana Santa / Cambio de Hora



En nuestro país sigue muy arraigada la tradición de las procesiones de Semana Santa. Quizá sea por su religiosidad, o tal vez por su impacto visual, o cómo no, porque son días de asueto en los que poder disfrutar de unas merecidas aunque cortas vacaciones. No me adentraré en disquisiciones sobre el asunto, porque como dijo Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia, así pues, no entraré a criticar la vivencia que tiene cada cual de estos días.

Lo que sí me parece curioso es el famoso cambio horario y cómo afecta anímicamente a las personas.

Como sabéis, este sábado se adelanta el reloj una hora; es decir, tenemos una hora menos para disfrutar de ese sueño reparador del día a día. Pero no queda ahí la cosa. Como somos animales de costumbres y además rutinarios, se producen (afortunadamente) pequeños cambios en nuestro biorritmo. Alteraciones del sueño, de la alimentación, del humor, de concentración… Pero no nos deprimamos, son cambios que duran apenas unos días y todo vuelve a la “normalidad” hasta el siguiente cambio de hora.

Pero ¿realmente es eficaz mover las agujas del reloj dos veces al año? Según a quién le preguntemos te dirá sí o no; bueno o malo; eficiente o nefasto… La cuestión es que los últimos afectados, como siempre, somos los sufridos ciudadanos; pero como tenemos una capacidad asombrosa de adaptación a las nuevas circunstancias, lo asumimos como algo “lógico” y a otra cosa.

Ya sabemos que lo “natural”, a veces no lo es tanto, pero como diría aquél; “mientras no me afecte a mí o a mi entorno, todo va bien”. ¿No será “Hora” de plantarse y decir “hasta aquí hemos llegado. Necesitamos un cambio y no precisamente de hora. Ahí os dejo con esta pequeña reflexión para estos santos días de vacaciones.

Recibid un fuerte abrazo

No hay comentarios:

Publicar un comentario